Construyendo el autoconcepto

Afirmaciones de poder para la contribución de un buen autoncepto.

Que no se nos haga demasiado tarde. Empecemos en la infancia.

¿Eres consciente de lo que unos “simples” comentarios pueden afectar en la infancia, generando creencias limitantes sobre uno mismo y la vida?

El cerebro responde y obedece a lo que se le dice, por tanto, si somos capaces de integrar esto de verdad, nos daremos cuenta de cómo podemos trabajar en beneficio y favor de nosotros y de nuestros peques. Podemos facilitar la formación y bienestar emocional de su persona hacia un camino de trato benevolente y amable con ellos mismos, trasladándoles el amor propio que esté en nuestra mano, el cual es necesario para desarrollarnos en todo nuestro potencial. Especificaremos aquí a modo aclaratorio que en realidad, todo parte de la propia interpretación de la otra persona y que lo que nosotros podemos controlar sobre el desarrollo ajeno realmente es muy poco, pero ese poco, por poquito que parezca, ya es mucho puesto que no somos totalmente inocuos tampoco. Comentarios -y maneras de actuar también, aunque nos centraremos más en las palabras por esta vez- como “qué torpe eres”, “ya tendrías que saberlo, te lo he explicado muchas veces”, “mira tu hermano cómo lo hace y es más pequeño que tú”, u otros más indirectos como “sin dinero no se llega a ningún lado”, “a mi edad ya no es momento de empezar nada nuevo”, “esta carrera no tiene futuro” … ¿qué sensaciones te producen? Quizá unas poco agradables, así leídas desde fuera. Son comentarios que cuando se hacen, a priori, no parecen tener mayor relevancia, muchas veces están instaurados en nuestras conversaciones -y en nuestra mente- de manera automática y sin intención hiriente. Sin embargo, la verdad es que pueden dejar una huella en la percepción que el niño o la niña pueden estar teniendo sobre sí mismos, a través de nuestros ojos y nuestras palabras. Es por esta razón que es importante cuidar nuestros mensajes y nuestra manera de comunicar, especialmente cuando nuestro propio juicio de valor quiere tomar el mando y se aleja de tener una mirada cálida y respetuosa hacia al despliegue y ritmo de cada peque, sentenciando cualquier juicio como verdad absoluta.

Por todo ello, algo que podemos hacer es empezar a usar afirmaciones de poder con las almas más pequeñitas de la casa. Frases positivas, sencillas y directas, verbalizadas de forma consciente por nuestra parte y que podamos ir confirmando con pequeñas acciones y otros comentarios a lo largo del día para plantar y nutrir semillas: Yo soy valiosa. Yo soy merecedor de todo lo bueno y bello. Yo soy suficiente. Tengo derecho a intentar y probar a hacer lo que deseo. Me acepto tal y como soy… Si te ven a ti decirte estas cosas, todo será mucho más natural y fácil de integrar, y de paso, tú también contribuirás al cuidado de tu autoconcepto.
Así pues, cualquier aspecto que consideres que puede potenciar y afianzar la seguridad y confianza en uno mismo, con mensajes reales (lejos de deseos y expectativas personales) ayudarán a la construcción de ese autoconcepto y favorecerán también una autoestima protegida. Porque ¿qué es en realidad el autoconcepto? Tal y como el nombre indica, es la imagen, que tiene uno sobre mismo, sobre su persona, valores, virtudes y defectos… No obstante, si nos paramos a pensar en la manera en que fuimos educados (lejos de la conexión con uno mismo), probablemente lleguemos a una conclusión más similar a que el autoconcepto que tenemos de nuestro interior, a menudo tiene que ver más con el concepto que tienen los demás de nosotros, y no está tan relacionado con cómo nos hemos construido y deconstruido en primera persona, de manera consciente y sabiendo realmente quién somos.
Todavía hace falta cultivar mucho más el autoconocimiento y que tengamos “reuniones internas”. La educación que hemos recibido está demasiado basada en destacar el error y en tachar lo que se supone que hacemos “mal”, o lo que es inesperado y diferente y se tiende a pasar por alto lo que aportamos desde nuestra virtud y desde nuestra verdad genuina, especialmente con la infancia. Cuanto antes y cuanto más se favorezca acompañar con nuestras palabras de una forma equilibrada y realista, más saludable será el autoconcepto de cada ser esencial, con sus luces y sus sombras. Y por ende, tal y como comentaba, la autoestima (aprecio hacia uno mismo), también estará más preservada.

¿No crees que es hora de exaltar lo auténtico, lo que brilla y los dones de cada uno? ¿Qué puedes aportar tú a los peques de tu alrededor para empezar a cambiar esta manera de relacionarnos?

Recuerda: sé el cambio que esperas y ya no estarás esperando, estarás haciendo algo para que suceda.

Words matter.
Las palabras importan.

Lettering por @somoscuanticos_qhht_bqh

De alma a alma,
Gracias por compartir este ratito de reflexión,
B
.

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